Ciudad de México, 29 de octubre de 2024 – En los últimos días, Paola Rojas, reconocida periodista y conductora de noticias en México, ha estado en el ojo del huracán debido a su relación con el lanzamiento del mezcal ‘Mixes’. Este incidente ha generado un debate significativo sobre la apropiación cultural y el uso comercial de identidades culturales.
El conflicto surgió tras una publicación en las redes sociales donde Rojas promocionó lo que parecía ser “su” mezcal, titulado ‘Mixes’, una denominación que coincide con el nombre de una comunidad indígena en Oaxaca. Esta acción fue interpretada por muchos en las redes sociales como un acto de apropiación cultural, especialmente por el uso de una palabra asociada a la identidad de los pueblos mixe.
Rojas se apresuró a aclarar la situación a través de un comunicado en sus redes, donde explicó que no es la propietaria de la marca ‘Mixes’. Según su declaración, su participación en la promoción del mezcal fue solicitada por productores independientes para apoyarlos en la difusión de su producto artesanal. Aseguró que su intención nunca fue apropiarse de la identidad cultural de ninguna comunidad, sino más bien ayudar a pequeños productores.
La controversia no se apagó fácilmente. Activistas y defensores de las comunidades indígenas, como Joaquín Galván, señalaron la contradicción entre las campañas publicitarias iniciales que presentaban el mezcal como un producto de Rojas y las declaraciones posteriores donde ella negaba cualquier propiedad sobre la marca. Galván, junto a otros, insistió en que Rojas debería emitir una disculpa pública por el malentendido.
El debate se intensificó cuando el gobernador de Oaxaca, Salomón Jara, se pronunció sobre el asunto, mencionando que el estado investigaría el caso por posibles violaciones a la Ley de Propiedad Industrial y la Ley General de Cultura y Derechos Culturales. Jara enfatizó la importancia de proteger la identidad y el patrimonio cultural de las comunidades oaxaqueñas.
La empresa propietaria del mezcal ‘Mixes’ también emitió un comunicado, aclarando que Rojas ofreció su imagen desinteresadamente para apoyar a la marca, y que ella no tiene ningún interés comercial en la empresa, más allá de su aprecio por los productores artesanales.
Este caso ha vuelto a poner sobre la mesa la discusión sobre cómo las identidades culturales pueden ser utilizadas en el comercio sin caer en la apropiación cultural. Las reacciones en las redes sociales muestran una división entre quienes ven a Rojas como una víctima de un malentendido y aquellos que critican la falta de sensibilidad cultural al usar nombres de comunidades indígenas para productos comerciales.
En conclusión, el incidente con Paola Rojas y el mezcal ‘Mixes’ es un recordatorio de la complejidad que rodea la promoción de productos que están profundamente arraigados en culturas específicas. La necesidad de un diálogo respetuoso y de una legislación clara que proteja las identidades culturales de ser explotadas comercialmente sigue siendo un tema pendiente en México y en muchos otros lugares donde las culturas indígenas buscan preservar su patrimonio en un mundo globalizado.